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Por qué 441 tallas lo cambian todo: el fin de las concesiones en la lencería

  • Foto del escritor: Clémence
    Clémence
  • hace 2 horas
  • 2 Min. de lectura

Encontrar un sujetador que se ajuste perfectamente suele ser todo un reto. Entre las tallas estandarizadas, las variaciones entre marcas y las concesiones forzadas, muchas mujeres acaban acostumbrándose a la incomodidad. Asymétrio ha decidido acabar con este compromiso desarrollando una innovación única: 441 tallas disponibles.


El problema de las tallas estándar

La mayoría de las marcas se limitan a unas cincuenta tallas, lo que no refleja en absoluto la diversidad de los cuerpos. Resultado :

  • Tirantes que se caen,

  • Sujetadores que se abren o aprietan,

  • Dolores de espalda o incomodidad permanente.

Esta frustración lleva a demasiadas mujeres a renunciar a llevar lencería que realmente les quede bien.


441 tamaños: ¿qué cambia?

El enfoque de Asymétrio se basa en una ecuación sencilla: más combinaciones entre contornos de pecho, profundidades de copas y ajustes. El resultado: 441 tallas que cubren una inmensa variedad de morfologías. Este sistema pone fin a las concesiones: cada mujer puede encontrar la talla que le corresponde al milímetro.


Los beneficios concretos

  • Comodidad inmediata: sin dolor ni molestias.

  • Estética: un sujetador que se adapta al cuerpo, en lugar de oprimirlo.

  • Confianza: sentirse por fin comprendida y representada.


Una innovación inclusiva

Por qué 441 tallas lo cambian todo: el fin de las concesiones en la lencería. Más allá de la técnica, 441 tallas es un mensaje: todos los cuerpos merecen ser celebrados. Esta audaz elección forma parte de una visión de inclusión, en la que la lencería se convierte en una herramienta de valorización personal y no de estandarización.



Por qué 441 tallas lo cambian todo: el fin de las concesiones en la lencería

Con 441 tallas, Asymétrio no solo ofrece un producto, sino una nueva forma de concebir la lencería. Se acabaron las concesiones, ahora es el momento de la libertad. Porque ninguna mujer debería tener que adaptarse a su sujetador: es la lencería la que debe adaptarse a ella.

 
 
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